Fotografía de autor desconocido
Sobre el tupido césped descansa un conejito,
va despacio saltando con liviana soltura,
olfatea la tierra, se queda quietecito...
percibiendo en el viento delicada tersura.
Se eriza el muy peludo, busca estar calentito,
y parece una nube de inocente blancura.
Rascándose la oreja gira muy despacito,
e iluminan sus ojos su profunda ternura.
En el agreste prado va oliendo vegetales,
mueve la cabecita mirando hacia el plantío,
la dulce zanahoria que quiere ya raptar.
Y con pequeños pasos cruza los humedales,
acercándose al huerto regado de rocío,
donde come goloso poniéndose a saltar.
Huella
15-03-2014
va despacio saltando con liviana soltura,
olfatea la tierra, se queda quietecito...
percibiendo en el viento delicada tersura.
Se eriza el muy peludo, busca estar calentito,
y parece una nube de inocente blancura.
Rascándose la oreja gira muy despacito,
e iluminan sus ojos su profunda ternura.
En el agreste prado va oliendo vegetales,
mueve la cabecita mirando hacia el plantío,
la dulce zanahoria que quiere ya raptar.
Y con pequeños pasos cruza los humedales,
acercándose al huerto regado de rocío,
donde come goloso poniéndose a saltar.
Huella
15-03-2014
3 comentarios:
hola amiga este poema es casi como tema de partida para algún libro de poemas para niños es muy tierno besos te quiero
Un buen poema.
Corre Conde, que ese conejito travieso te alcanza, amigo mío. Mímalo mucho por mi también.
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