sábado, 16 de mayo de 2015

Valentina

Imagen de autor anonimo


Mujer de la noche,
inocente rostro de noctunela…
piel de ágatas blancas y agridulces cerezas.
Si supieras cuánto he sorbido de tu voz,
para olvidar que la existencia es perversa.
Te siento desde donde nace el olvido,
cuando el silencio carnívoro es un asesino.
Estoy abrigando la opacidad del universo
y tú que me recuerdas que existo.
Eres la pluma cayendo del vacío,
cuánta liviandad mana de tu río.
Valentina, mujer libélula,
los ojos se te dilatan cuando vuelas,
hay perlas negras sobre tu pelo,
hipocampos flotando en tu mundo de sueños.
Te siento,
me secuestras el odio,
con en el vapor de tu aliento.
Habitan en ti tantos misterios.
Oh, Valentina
¿sientes este poema como un ruego?

Estoy cayendo en la luminosidad de tu terreno,
amo tu ciudad de ángeles vivos y muertos.
Aprendo con la quietud de tu lamento,
a arrastrarme como tarántula,
sobre el áspero suelo.

Valentina,
pétalo escarlata que cae en el tintero
amazona salvaje de los hielos
¿por qué viene a mí tu ternura,
si coseché solo lamento?
Soy un dolmen derretido,
huye de mí,
que no me cabe en el alma tu alimento.


***Huella del aire***
13-05-2015

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