"The Rain Cleans the World" de Carmi García
Llueve…
El mundo se detuvo en una gota de agua,
se cristalizó como una escultura de vidrio
esmaltada con burbujas heladas.
Se hace camino la inquieta rebeldía del agua
entre ocultas grietas hambrientas
o pasadizos de argamasa.
Los seres invernan resguardados,
reciben sus cuerpos azulinos abrazos,
arriba las nubes se derriten despacio,
caen sus lágrimas de plateados lazos.
Llueve…
Las pisadas a las gotas se acompasan,
esperan inquietantes los tímidos zapatos
la danza de la fuga que su calma arrebata.
Se inmolan furiosos manantiales urbanos,
pues el agua agoniza lavando sus lagos,
es que hay esperanza cuando suben sus vahos,
volviendo a la altura para ser rescatados.
Llueve…
Suena despacio el pulso de la llovizna,
la mirada en su brillo de paz acaricia.
¡Cuánto sentimiento el cielo precipita
en la clara mansedumbre que la oscuridad debilita!
En el aire viajan las líquidas semillas,
sembrando su frescura en la árida orilla,
pues todos sus secretos en cristales se cifran,
fundiéndo su esencia en la anárquica brisa.
Llueve…
Las almas secas despiertan empapadas,
en sus pieles se unge el óleo de agua,
un diluvio que draga la sumisa armonía,
en el líquido que fluye destilando la vida.
Sensación que en los cuerpos el amor fluidifica,
pues la lluvia con sus hilos les viste de calma.
***Huella del aire***
09-08-2015
Llueve…
El mundo se detuvo en una gota de agua,
se cristalizó como una escultura de vidrio
esmaltada con burbujas heladas.
Se hace camino la inquieta rebeldía del agua
entre ocultas grietas hambrientas
o pasadizos de argamasa.
Los seres invernan resguardados,
reciben sus cuerpos azulinos abrazos,
arriba las nubes se derriten despacio,
caen sus lágrimas de plateados lazos.
Llueve…
Las pisadas a las gotas se acompasan,
esperan inquietantes los tímidos zapatos
la danza de la fuga que su calma arrebata.
Se inmolan furiosos manantiales urbanos,
pues el agua agoniza lavando sus lagos,
es que hay esperanza cuando suben sus vahos,
volviendo a la altura para ser rescatados.
Llueve…
Suena despacio el pulso de la llovizna,
la mirada en su brillo de paz acaricia.
¡Cuánto sentimiento el cielo precipita
en la clara mansedumbre que la oscuridad debilita!
En el aire viajan las líquidas semillas,
sembrando su frescura en la árida orilla,
pues todos sus secretos en cristales se cifran,
fundiéndo su esencia en la anárquica brisa.
Llueve…
Las almas secas despiertan empapadas,
en sus pieles se unge el óleo de agua,
un diluvio que draga la sumisa armonía,
en el líquido que fluye destilando la vida.
Sensación que en los cuerpos el amor fluidifica,
pues la lluvia con sus hilos les viste de calma.
***Huella del aire***
09-08-2015
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