domingo, 27 de octubre de 2013

Ecos en violeta


Te agradezco, vida...
por permitirme conocer nuevamente el poder del deseo,
víbrico suspiro que enciende el latir  silencioso de mi cuerpo
privilegio dormido en el aire, secreta idealidad de un lejano sueño.

Él vino a mí como una flor suspendida en el viento,
fue caricia en las nubes,  mariposa extraviada en mi jardín primigenio.
Es tan lúcido aún su recuerdo...
que sus caricias aún diseminan flores en  mis pensamientos
mas ahora lo veo por un camino tan lejos en el cielo.

Y te agradezco vida...
por ese instante en el que volví a verme tan inocente,
vulnerable al amor tan soberano en el alma con su fuego.
Por hacer de mí un ser humano con anhelos y sentimientos,
que quiere acurrucar la dulzura por siempre en su templo.

Enséñame a oír la voz que refugie su libertad
a desprenderme de mi oscuro egoísmo y mezquindad,
a ser en su imagen una evocación que vuelve a su esencia,
buscando su bien con eterna clemencia.

Y te agradezco vida...
por verme sola en esta ráfaga incesante de silencios,
por sentir en el aire la vital energía del universo,
sombra de una fuerza eterna que me sustenta y me abre un comienzo.

Huella
27-10-2013


2 comentarios:

Anónimo dijo...

(...)Tener el honor de escucharla feliz.., hace que repliegue mis palabras mostrando mi más entrañable abrazo....

Daily Jara dijo...

Yo también le abrazo amigo mío, y volamos juntos en el aire suspendidos en la vibración poderosa de la alegría...