Contestando el texto “El niño bueno” de Julio Cortázar
Cuadro Iyan de Jesús
Y yo…
Lámina del aire que se incinera
en piélagos existenciales,
acepto este oficio de maestra de escuela,
me levanto a las cinco de la mañana,
marco formalmente mis horarios,
encarno mi rol de mujer sin quejarme.
Embotello las compasivas
entelequias que veo,
instigo al más bruno destino
para verme sin egos.
Opto por el envejecimiento,
los entrechoques del estrés
que me anestesian el pensamiento.
Veo con crudeza mi fracaso de poeta,
mi alma que palidece
por ser solitaria y sincera.
Mira que pobre amiga,
que a la hora de la verdad
se guarece en sí misma,
para advertir
la realidad de su pena.
Ese largo mapa de la vida…
sendero pedregoso,
sin esperas,
Alerta a la vibración de la belleza,
único consuelo que la llena.
No conoceré jamás
la libertad plena,
ese fluir incesante de la
verdadera pureza.
Acepto la incertidumbre
del desterrado.
Esas absurdas estructuras
con que se mueve el mundo,
para poner la
etiqueta de persona.
14-08-2014
2 comentarios:
me encanta amiga tenes una manera de expresarte que me asombra y tu palabra es siempre guía de mi espíritu muy bueno amiga saludos
Este poema está inspirado en la poesía de Julio Cortázar. Hubo un nexo de conexión muy poderoso con él, pues yo me sentí plenamente identificada con esos cánones sistémicos que nos ata la vida, sin nosotros pedirlo. Quiero ser libre amigo, fluir siempre en el arte y poder vivir de él. Ojalá se pudiese.
Cariñitos.
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