Cuadro de Christian Schloe
La noche se deshizo
en amoratados fragmentos esquizoides.
En la menguante luna
se deslizan partículas de piedra.
El alma embalsamada
con agrias escarchas,
grita en el instante perpetuo,
es una momia inmóvil
con una mirada libertaria.
Mi ser se expresa
con silencios diluidos en el aire,
viste algas del olvido
que difuminan la esencia.
Es la oscuridad que transita.
La lírica melodía huye despacio
y remisamente, regresa,
rasga la espalda de los vientos
con secretas profecías,
la irradiación moja los cabellos
de los cielos,
me enredo desnuda entre ellos
y cambiante mi espíritu,
exhala soles blancos y lamentos.
Hay una consciencia
sediciosa y pasajera,
que revive la inercia seca de los suelos.
Quiere fluir la sangre del alma,
mancharse con la vida,
aunque la peleen con gritos
los granizos hambrientos de la tierra.
Mi boca desprende
flácidas moléculas de cuásares
el vacío se drena
hacia una puerta flotante.
Mis pies descalzos levitan
me llevan donde
la nada noche
se encariña con mi aura.
La mente entiende las señales,
divisa en el vacío
una isla purpúrea
calmada y desierta.
17-09-2014
en amoratados fragmentos esquizoides.
En la menguante luna
se deslizan partículas de piedra.
El alma embalsamada
con agrias escarchas,
grita en el instante perpetuo,
es una momia inmóvil
con una mirada libertaria.
Mi ser se expresa
con silencios diluidos en el aire,
viste algas del olvido
que difuminan la esencia.
Es la oscuridad que transita.
La lírica melodía huye despacio
y remisamente, regresa,
rasga la espalda de los vientos
con secretas profecías,
la irradiación moja los cabellos
de los cielos,
me enredo desnuda entre ellos
y cambiante mi espíritu,
exhala soles blancos y lamentos.
Hay una consciencia
sediciosa y pasajera,
que revive la inercia seca de los suelos.
Quiere fluir la sangre del alma,
mancharse con la vida,
aunque la peleen con gritos
los granizos hambrientos de la tierra.
Mi boca desprende
flácidas moléculas de cuásares
el vacío se drena
hacia una puerta flotante.
Mis pies descalzos levitan
me llevan donde
la nada noche
se encariña con mi aura.
La mente entiende las señales,
divisa en el vacío
una isla purpúrea
calmada y desierta.
17-09-2014
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