jueves, 30 de abril de 2015

Lividez

Óleo de Christian Schole

Hay noches como estas
en las que miran como búhos los silencios,
la luna practica un exorcismo
y desertan con sus nubes escarlatas
los besos insepultos.
El aroma megalítico 
se impregna en las puertas, 
duele la piel y se seca en los ojos
toda la escuálida lividez del otoño.
Los estorninos desplumados,
danzan despacio en el vacío,
hay vinagre blanco
recorriendo la carne quemante 
una sensación de ausencia,
que atrae a las polillas marchitantes.
Hay noches como estas,
en las que los pensamientos son devorables
nosotros caníbales frente a ellos
procurando saciar de verdad
el hambre voraz de la nostalgia.
Vitrales negros
en las catedrales poéticas, 
matices de claro oscuro
en los profundos relieves de las lágrimas.
La noche es un jinete sin cabeza,
sombra que se repite en la penumbra,
espesa espuma de la nausea, 
viento que erosiona la osamenta
quebradiza ante él, la pálida sustancia.
Todo es un naufragio de papeles,
gritan magulladas las palabras 
desde su druído astillero. 
Es tan real la nada.
La pisada del abandono
que ahueca la estéril arena del alma.

***Huella del aire***
25-04-2015

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