Dedicado a mi amiga Mafiqui, diva de la locura y hippie de la paz
Pequeñas criaturas engendradas en el cielo,
en trajecillos de plumas sobre colchones de nubes, al vuelo.
Murmullos en el aire, suaves latires armónicos.
compases de música, susurros de alas y ruegos.
El viento les arrulla con sus ráfagas en fuga,
vibran sus caricias de aire para propiciar su aleteo,
sus cuerpecitos danzan en eterna sincronía con las moléculas celestes,
todo es un susurro tierno yendo lejanamente por el horizonte.
Están tan suspendidos en la vastedad de una claridad lejana,
sus alas huelen a bosque, empapadas con miel de flores,
vienen migrando de algún paraíso escondido,
portando la vida, resistiendo cada clima.
La luz absorbe los surcos errantes de su vuelo,
el sol les ofrenda su calor manso y placentero,
sus cantos alaban a oriente, los rayos caen sobre sus cuerpos,
dejando ver sus colores, tiernamente salpicados de sueños.
La lluvia los baña con su llanto cristalíquido,
son bajo ella indicios de la providencia divina,
jugueteando en grata inocencia,
con coqueteos de alegría aclamando una paz eterna.
Pajaritos...
hijitos de la maternal naturaleza,
sus dulces almas de seres alados contienen una armonía tan vital
son guardianes del cielo que inspiran alegría,
con canciones silvestres, que amor respiran.
Huella©
09-02-2013
en trajecillos de plumas sobre colchones de nubes, al vuelo.
Murmullos en el aire, suaves latires armónicos.
compases de música, susurros de alas y ruegos.
El viento les arrulla con sus ráfagas en fuga,
vibran sus caricias de aire para propiciar su aleteo,
sus cuerpecitos danzan en eterna sincronía con las moléculas celestes,
todo es un susurro tierno yendo lejanamente por el horizonte.
Están tan suspendidos en la vastedad de una claridad lejana,
sus alas huelen a bosque, empapadas con miel de flores,
vienen migrando de algún paraíso escondido,
portando la vida, resistiendo cada clima.
La luz absorbe los surcos errantes de su vuelo,
el sol les ofrenda su calor manso y placentero,
sus cantos alaban a oriente, los rayos caen sobre sus cuerpos,
dejando ver sus colores, tiernamente salpicados de sueños.
La lluvia los baña con su llanto cristalíquido,
son bajo ella indicios de la providencia divina,
jugueteando en grata inocencia,
con coqueteos de alegría aclamando una paz eterna.
Pajaritos...
hijitos de la maternal naturaleza,
sus dulces almas de seres alados contienen una armonía tan vital
son guardianes del cielo que inspiran alegría,
con canciones silvestres, que amor respiran.
Huella©
09-02-2013
4 comentarios:
A tu amiga le va a encantar, aprovecho y yo también te digo que a mí personalmente me ha encantado también. Es un poema lleno de dulzura!!!!
Besitos y feliz domingo!!
Gracias por venir siempre FG, eres una lectora tan especial. No sabes cuanto bien me haces...te quiero.
Daily, es un placer venir hasta tu blog porque mi niña, escribes de maravilla.
Eres la ternura hecha palabra.
Besos y feliz domingo!!!
Gracias preciosa, eres tu quien con ternura vuelas también entre los pajaritos...
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