lunes, 7 de enero de 2013

Territorio del olvido


Salí a la calle hoy....
y en ese rincón  empapado de olvido en medio de la ciudad,
 vi a un vagabundo....
Estaba tan desvalido,  tan ausente del mundo,
sepultado en su mente sentí que necesitaba abrigo,
pero aun algo más importante,
necesitaba devolverse su cordura.

Mi mente me transportó hasta la cárcel de su conciencia,
y entonces supe que era padre de dos hijos,
pero ¿dónde estarán ellos?
¿dónde el calor que debería darle cobijo?
Sediento de la sed de la vida, necesitaba ternura, aliento...
pero comprendí que era tarde para él,
quizás porque sus neuronas asfixiadas de tristeza,
fueron en fuga a cegarse en el vacío de su alma, de su cuerpo,
quizás porque ese fuera el destino maldito,
que tanta opacidad de luz,  lo resquebraja...

No supe qué hacer...
pero algo en mi me quebrantó,para que muda dijese  algunas palabras,
era tal vez una bendición llovida del cielo,
o de algún lugar donde habita quizás un rey eterno,
que pueda de algún modo, reconstruir su alma.

Huella©
07-01-2013


1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas veces, cuando he visto personas que como esta de tu poesía nos impactan al verlas, se nos graban en la retina y realmente no sabemos qué hacer ni qué decir, pienso en esa vida que hay tras esa apariencia, en cómo han llegado hasta esa situación, qué dejaron atrás, por qué lo hicieron, qué les empujo a vivir así..... Y creo como tú bien describes en tus versos, que la ternura y el sentirse amados y queridos es lo que más falta les hace.

Sabes como dejar tus huellas.

Besos!